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Esa carta que nunca vas a leer






Esa carta que nunca vas a leer, en la que escribí mil y un sentimientos que me ahogaban, con tantas palabras que nunca me atreví a decirte, que no me faltaron ganas de gritarte pero nunca me atreví a expresarte.
Me pregunto ¿Qué habrá sido real? Tus versos que me alegraban el alma, tus palabras que iluminaban todo mi ser, quizás lo fueron tus caricias o tus miradas, o probablemente ninguna de ellas.
Sabes a veces te recuerdo, recuerdo esos momentos a tu lado, recuerdo tu sonrisa, tus gestos, esos mensajes a media noche, las llamadas interminables, ¿todo eso fue mentira?, todos esos sentimientos provocados, la calidez de tus brazos, todos tus besos, todo eso fue falso. Sabes te ame, y porque te ame te escribí, te escribí  cartas que nunca recibirías, con mensajes que me aturdían, con preguntas que no me dejaban dormir, pero que tampoco me gustaría escuchar la respuesta, porque humanamente no quería confirmar la realidad.
Me pregunto cuantas veces hay que ser golpeado para despertar, cuantas noches largas hay que llorar para darnos cuenta de la realidad. Porque nos empeñamos en creer en que todo puede ser perfecto, que todo puede suceder, tal cual lo imaginamos, cuando simplemente no es así, las cosas son como son, y nadie puede forzar a otro a que sea como esperamos, a que se entregue de igual manera.
Serias capaz de leer esta carta, de enterarte de todo lo que siento, de lo mucho que te extrañe, de todo lo que sufrí cuando me hiciste daño. Serias capaz de revivir esa traición y mi dolor en carne propia, cuando lo único que hice fue entregarte amor, un amor puro y verdadero con el cual jugaste, el cual usaste a tu antojo, será que eres lo suficientemente hombre, o lo suficientemente descarado como para leer esa carta, esa carta que con valentía escribí pero con dolor nunca entregue.  

Yoveiry Mercado.

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